Al comenzar el 2020, ninguno nos podíamos imaginar lo que se nos venía encima. La mayoría de nosotros nunca había oído esa palabra: CORONAVIRUS. A estas alturas del año, ya todo el mundo sabemos que es un virus con una especie de pinchos recubriendo su superficie y lo más importante, nos ha cambiado la vida y la manera de relacionarnos con las personas.
Una de las medidas que tenemos que adoptar para evitar el contagio, es la utilización de mascarillas y precisamente hoy vamos a hablar de las consecuencias: conoce los efectos del uso de mascarillas en la piel.
Las mascarillas pueden afectar de varias formas sobre la piel de nuestro rostro, la primera y la más evidente, es la causa de lesiones por la fricción continua. Esto conlleva la aparición rozaduras y erosiones en las zonas donde hay un mayor contacto como pueden ser el puente nasal, detrás de las orejas o en las mejillas. La mejor manera de evitar este tipo de heridas es aplicando vaselina pura sin perfume en las zonas señaladas para protegerlas.
En segundo lugar, hay personas con enfermedades cutáneas tales como dermatitis o acné que pueden ver empeorada su patología e incluso hay personas que sufren reacciones alérgicas al material del que están hechas estas mascarillas (no es muy habitual pero no por ello deja de ser importante). En estos casos, lo más recomendable es una visita al dermatólogo porque probablemente se necesiten medicamentos o cremas de prescripción médica para atajar el problema.
Pou último, no solo las pieles patológicas sufren los efectos de llevar la mascarilla puesta durante muchas horas. No podemos olvidar que las mascarillas (especialmente las FFP2 o KN95 pero las quirúrgicas también) hacen que tanto la temperatura como la humedad aumenten en la zona buco-nasal, alterando la barrera cutánea. Básicamente, las mascarillas asfixian la piel debido al efecto oclusivo las mismas, aparte de que acumulan suciedad. Es por esto que, en la situación en la que nos encontramos, debemos más que nunca ser muy estrictos con la doble limpieza de la piel.
En estos casos, las pieles secas van a ser más propensas a sufrir un eczema cutáneo y las pieles grasas van a tender más a sufrir acné. También el estado de ansiedad y estrés al que estamos sometidos con esta situación puede empeorar la condición de nuestro cutis. La parte buena es que existe la manera de solucionarlo.
Hace prácticamente un mes y medio, este era el estado de mi piel, estoy obligada a llevar mascarilla 8 horas al día y empecé a sufrir las consecuencias.
Podemos observar los poros muy abiertos, rojeces y acné
Lo primero que tenía que hacer era cambiar la mascarilla que estaba utilizando, ya que no permitía que mi piel respirase. Empecé a utilizar las mascarillas reutilizables S1 (podéis conseguirlas escribiendo un correo a sales@mlbusiness.co.uk, venden internacionalmente) estas mascarillas están hechas con una tela transpirable, además, por su composición sin antimicrobianas, ya que el material del que están hechas tiene iones de plata, son impermeables y no permiten el paso de virus y bacterias. También es importante mencionar que son mucho más cómodas, ya que permiten respirar sin problemas y no hacen daño en la parte de las orejas.
Además del cambio de mascarilla, necesitaba que la piel se me regenerase con un extra de limpieza, hidratación y nutrición. Comencé mi rutina utilizando la mascarilla Scrub & Mask de Filorga para oxigenar la tez y conseguir una ligera exfoliación y una limpieza del poro. La piel estaba muy irritada y con rojeces, por lo que era muy importante que utilizase un tónico que me ayudase a calmar la piel como el Radiance Toner de MG Skincare. Además, necesitaba más nutrición e hidratación por lo que la crema ideal para reparar la piel era la Premier Cru con textura rica de Caudalie.
Siguiendo estos pasos y haciendo la doble limpieza por la mañana y por la noche, al cabo de 3 días ya se notaba una gran mejoría.
Se puede ver que el acné me fue desapareciendo en su mayoría, el poro está más disimulado y no hay tantas rojeces.
A la semana, ya tenía la piel prácticamente como la suelo tener.
Desde ese momento, he seguido utilizando la mascarilla S1 y no he vuelto a tener alterada la flora cutánea y he mantenido la piel como habitualmente.
Esta mascarilla está recomendada para todo el mundo, viene especialmente bien para personas que tengan la piel sensible (incluido el contorno de los ojos), personas con dermatitis atópica o personas con rosácea. Además, supone un ahorro considerable teniendo en cuenta que tiene hasta 50 usos y en 2020 va a ser el complemento estrella.
¿Has probado ya tu S1? Pregúntanos como adquirirla y comparte los resultados de tu piel con nosotros 🙂