Ya estamos en verano y con la nueva estación llegan las preguntas con respecto a la protección frente a las radiaciones solares. Pues bien, hoy vamos a intentar aclarar algunas cuestiones y ayudarte a elegir cuál se adapta más a tus necesidades. No podemos olvidar que el sol afecta durante todo el año y que incluso en invierno debemos utilizar cremas con FPS.
¿Cómo funciona la crema solar? Antes de ahondar en el tema, debemos saber de qué nos queremos proteger y es concretamente de la luz ultravioleta emitida por el sol, y nos vamos a centrar en dos tipos: los rayos UVA y UVB.
La radiación UVA nos llega sin ser filtrada por la capa de ozono y está presente durante todo el año. Es la responsable del color bronceado de nuestra piel (que no es más – ni menos – que una reacción de la piel intentando protegerse de esta radiación), a su vez también causa envejecimiento prematuro del cutis y pérdida de elasticidad ya que ralentiza la síntesis de colágeno.
La radiación UVB, afortunadamente, sí que es filtrada por la atmósfera y solo llega entre un 10 y un 20% a la superficie terrestre y tiene una mayor incidencia de 12:00 a 16:00 horas. Estos rayos, causan daño en el ADN y como consecuencia provocan cáncer de piel, también son los responsables de los eritemas (quemaduras) y de la hiperpigmentación.
Sabiendo a lo que nos enfrentamos, ahora tenemos que decidir qué tipo de filtro solar vamos a utilizar. Hay cuatro tipos diferentes: orgánicos, inorgánicos, organo-minerales y biológicos, este último no es un filtro en sí pero más adelante explicaremos por qué lo hemos puesto aquí.
- Filtros inorgánicos: También mal llamados filtros físicos. Son los más antiguos y están formados por minerales, normalmente óxido de titanio y de zinc que están dispersos en la crema. Crean una película sobre la piel que absorbe la luz solar (tanto UVA como UVB) y la emite con una energía mucho menor de la que nos llega gracias a que estos óxidos metálicos tienen electrones excitables en su capa basal. La radiación solar hace que estos electrones se exciten y al volver a su estado basal, emiten esta energía inocua.
Es importante destacar que estos filtros son foto-estables, es decir, no se degradan con la luz y no crean reacciones alérgicas. Estos filtros, tienen dos grandes inconvenientes: resecan la piel y dejan el típico rastro blanco de muchas cremas (si se disminuye el tamaño de partícula a 20-50 nm, se consiguen mejores propiedades cosméticas). Son muy utilizados en formulaciones pensadas para niños.
- Filtros orgánicos: Son los mal llamados filtros químicos. Estas cremas están creadas con moléculas solubles a base de carbono, hidrógeno y oxígeno. Actúan mediante la absorción de la radiación ultravioleta y es posible llevar a cabo esa absorción gracias a que tienen un grupo cromóforo que es el responsable de esta acción, ya que tienen grupos aromáticos con dobles enlaces que tienen electrones capaces de saltar y transformar la energía procedente de la radiación en calor imperceptible, no dañino para la piel. Cuanta más incidencia del sol tengamos sobre nuestra piel protegida con un filtro orgánico, éste se irá agotando y tendremos que reaplicar.
Es un producto muy cosmético, ya que es invisible, pero causa más reacciones alérgicas que los filtros inorgánicos, ya que pueden penetrar en nuestra piel por su composición. Tienen una ventana muy amplia de protección tanto frente a UVA como a UVB y son más específicos, ya que no todos los que existen protegen contra todo el rango UVA. Son los más utilizados.
Es muy habitual la mezcla de estos dos topos de filtro para conseguir un factor de protección solar óptimo.
- Filtros órgano-minerales: Son filtros orgánicos pero insolubles, de esta manera tienen las ventajas de los dos: cosmeticidad y seguridad. Actúan por absorción y por reflexión y ya se les considera el futuro de la foto-protección total.
- Filtros biológicos: No son un protector propiamente dicho y hay que dejar claro que no sustituyen en ningún caso a los filtros ya mencionados. Son moléculas antioxidantes que sirven de apoyo al sistema inmunológico cutáneo. Disminuyen el estrés oxidativo y el foto-envejecimiento celular causados por las radiaciones solares. Los más usados son las vitaminas A y E aunque también se utilizan la vitamina C y los flavonoides.
Se pueden añadir estos compuestos en las cremas para una aplicación tópica para potenciar la protección o también podemos tomarlos vía oral y que tengamos una reserva en nuestro sistema ya que ya exposición solar agota los antioxidantes que tenemos de manera natural en el organismo.
Para terminar, también debemos saber a qué llamamos factor de protección solar (FPS). Es un índice que nos da el tiempo que podemos permanecer expuestos al sol sin riesgo de sufrir quemaduras. Viene dado por el cociente entre la Dosis Eritemetógena Mínima (MED) de la piel con el producto y sin él.
FPS = MED con crema / MED sin crema
Es decir, una persona que es capaz de permanecer 15 minutos expuesto al sol el primer día sin quemarse, un FPS 20 le dará una protección 20 veces superior.
El FPS solamente nos da información de la protección frente a los rayos UVB. Aunque en Europa, normalmente, la protección frente a UVA es al menos 1/3 de UVB.
¿Te has decidido ya qué protector utilizar para ti y los tuyos? Déjanos un comentario diciéndonos con cuál te quedas y no olvides protegerte del sol durante todo el año.
1 comentario en “Cómo funciona la crema solar”
gracias por compartirnos este articulo