Estamos en pleno mes de agosto y la protección solar es un paso más que tenemos integrado a diario y más aún si estamos de vacaciones o vamos a la playa o a la piscina. Por ello, te contamos cómo aplicar la crema solar. ¡Sigue leyendo!
Hay veces que aplicamos la crema creyendo que lo hacemos correctamente pero aun así nos quemamos y no sabemos por qué. Durante todo el año, la piel está protegida por la ropa, pero en verano, queda expuesta por completo a los rayos solares y si no aplicamos al protección correctamente, puede dar lugar a quemaduras, fotoenvejecimiento o foto-carcinogénesis (cáncer de piel).
Ya que sabemos lo importante que es una buena barrera para proteger la piel de los rayos solares, vamos a ver cómo aplicar la crema para que sea efectiva y podamos disfrutar del sol minimizando el riesgo.
Las primeras veces que nos exponemos al sol al año podemos notar que la piel está más sensible y debemos esmerarnos un poco más a la hora de aplicar el protector solar.
Para que una crema sea efectiva, hay que aplicar una cantidad generosa de producto, en este caso, más es más y bajo mi punto de vista, la mejor manera de conseguir una aplicación homogénea es la aplicación por zonas. La cantidad ideal de crema que debemos poner es 2 mg/cm², pero es muy complicado ser precisos con esta medida… así que para que os hagáis una idea es alrededor de 30 ml o lo que es lo mismo, la cantidad del tamaño de una pelota de ping pong para todo el cuerpo, es decir, como una moneda de 2 euros por zona (cara, brazo, muslo…). Como he dicho antes, debemos conseguir una aplicación uniforme, ya que es muy habitual que, al extender, tengamos una cantidad mayor donde hemos aplicado la crema y nos vaya disminuyendo según nos vamos alejando, por eso, un truco es aplicar menos cantidad en mas puntos para conseguir esa homogeneidad.
Ahora que ya sabemos cuánto hay que aplicar y cómo, vamos a ver cuándo hacerlo.
Una crema no es efectiva desde el mismo momento en el que la extendemos si no que empieza a hacer efecto al cabo de 20 – 30 minutos, que es el tiempo que los filtros orgánicos tardan en empezar a actuar. Además, debemos reaplicar cada dos horas, ya que la crema se va degradando y también cada vez que nos metemos en el agua, aunque la fórmula sea waterproof. También debemos tener en cuenta que el roce de la toalla o el sudor van a hacer que la crema sea menos eficaz y haya que reaplicar.
Es importantísimo que protejamos bien TODA la superficie de la piel, ya que tenemos zonas especialmente sensibles como pueden ser los labios, los ojos (una vez me quemé ¡los párpados! y no se lo deseo ni a mi peor enemigo) en los que hay que aplicar la crema a conciencia y mucho mejor si en este caso es un producto específico de rostro, ya que va a tener unas necesidades específicas diferentes a las del resto del cuerpo.
También tenemos que poner especial atención en las “zonas olvidadas” que son las orejas – también por detrás- la nuca, los empeines, las ingles, la parte de atrás de las rodillas, el dorso de las manos… Son partes del cuerpo a las que no solemos llegar cuando extendemos la crema y solo nos acordamos de ellas cuando ya es demasiado tarde y nos hemos quemado.
El orden de aplicación también es determinante para que el fotoprotector actúe correctamente. Debemos poner el sérum, la crema hidratante y, por último, la crema solar. Si alteramos este orden, ninguno de los tres productos actuará como debe ya que si no aplicamos primero el sérum no se absorberá como es debido y si aplicamos la crema solar antes de la hidratante, bloqueará el paso a la hidratante y podrá penetrar correctamente en la piel y cuando pongamos la crema hidratante sobre el protector solar, este último se moverá y quedará a parches disminuyendo su capacidad de protección.
Además, también debemos tener en cuenta, que, si aplicamos antimosquitos, aquellos que contienen DEET pueden degradar la protección solar, por lo tanto, si tienes que utilizar antimosquitos, te sugiero que lo apliques mínimo unos 20 – 30 minutos después de la protección solar.
Es muy habitual que en según qué situaciones pensamos que estamos protegidos contra el sol, aunque en realidad no lo estemos porque no sentimos esa quemazón en la piel y estas situaciones pueden ser cuando el día está nublado, cuando estamos dentro del agua ya que no notamos el calor, con viento, si ya estamos morenos o incluso debajo de la sombrilla debemos utilizar bloqueador solar,
También podemos ayudar al protector solar “desde dentro” con protección oral, esta es probablemente la más desconocida, pero podemos reforzar la protección tomando vía oral antioxidantes, ya verás como tu piel te lo agradecerá.
Por último y aunque parezca obvio, las gorras, gafas de sol, camisetas específicas… son productos que, aparte de las cremas debemos utilizar para conseguir una buena protección frente a los rayos UV.
Espero que sigáis estas pautas en vuestras vacaciones, va veréis como la piel os lo agradecerá y dentro de unos años no tendréis que lamentar, ya que el mal uso de una crema solar puede disminuir hasta un 50% su eficacia. Cuéntame en los comentarios de qué manera te proteges la piel o si has hecho alguna locura para coger un bronceado rápido ¡¡y no olvides seguir disfrorando se las vacaciones!! ?